Hace poco fui a ver el estreno de la película cristiana, “El
Remanente”, de la cual muchos cristianos a comparación de la cinta “Dios no está
muerto”, que se exhibió hace algunos meses atrás , no hicieron algún comentario
en sus redes sociales, ¿por qué? ¿Por qué con una película alardearon tanto y
con la de “El Remanente” prácticamente la ignoraron?
La película “Dios no está muerto” fue todo un suceso en las
redes, el hasthtag o etiqueta con el mismo nombre de la película era el pan de
cada día en la web.
Muchos cristianos la recomendaban a través de sus redes
sociales con una euforia que no había visto antes en alguna “película
cristiana”, algunos tuiteaban y publicaban fotos escribiendo en sus estados de
Facebook frases como: “Listos ya en el cine para ver Dios no está muerto” y
hasta daban santo y seña de la dirección del cine.
Creo entender un poco la razón, porque aunque las dos
películas son cristianas me parece que hay un mundo de diferencia entre una y
otra.
En “Dios no está muerto” nos presenta la historia de un
estudiante de recién ingreso a la universidad, que puede no solo contender sino
derrotar a su profesor universitario en un debate, ¡por favor!, algo que
obviamente solo sucede en las películas, pero no en la vida real.
Si la película tenía como propósito compartir de Cristo a
otros de manera convincente, francamente no lo logró, tal parece que lo que los
cristianos lo que quieren ver en la pantalla grande son sus “fantasías
cristianas”.
¿No era más lógico y real que la película tratara sobre la
lucha interna de un cristiano que conoce ateos más inteligentes y más éticos
que él mismo? ¿Por qué el joven estudiante es el héroe y el profesor es el
villano? ¿Por el simple hecho de que uno es cristiano y el otro no?
Blaise Pascal, matemático,
físico, filósofo cristiano y escritor francés, en sus “Pensamientos”
dice: “Las personas llegan casi invariablemente a sus creencias no sobre la
base de la prueba, sino sobre la base de lo que encuentran atractivo”.
Hay mucha “fantasía” en la mayoría de las películas
cristianas, un placer que muchos cristianos encuentran sumamente atractivo, y
luego nos preguntamos por qué la sociedad cree que hacerse cristiano significa
cometer suicidio intelectual.
Pero en la película “El Remanente” sucedió algo muy
diferente, para empezar se evidenció la ignorancia bíblica de bastantes
cristianos, muchos no pudieron separar la ficción de la verdad bíblica en la
película.
Donald Carson dice: “El aumento del analfabetismo bíblico dentro
de las iglesias es el síntoma más inquietante y amenazador entre nosotros".
Lo que me gustó de la película es que deja a un lado las “fantasías cristianas”, y los finales de cuento en las que todo se revuelve sencillamente “aceptando a Cristo” en tu corazón.
“El Remanente” habla de forma clara sobre la realidad de qué
la manera como vivimos puede definir donde pasaremos la eternidad y es que el
cristianismo bíblico es mucho más qué simplemente tomar una decisión por Jesús,
para que podamos vivir una vida feliz.
La película presenta las consecuencias trágicas del cristianismo
entretenido que es muy atractivo a muchos; un cristianismo sin compromiso, algo
más parecido a un ateísmo cristiano, donde la gente cree en Dios pero vive como
si no existiera, en donde el ídolo secreto es la comodidad y el bienestar
físico.
Blaise Pascal en sus “Pensamientos” dice: “Queremos conducir
una vida imaginaria en los ojos de otros, y entonces tratamos constantemente de
causar impresiones”.
Tratamos de actuar imitando aquello que se espera que
seamos, pero siempre resulta peligroso cuando nuestros dones o carisma nos
colocan en una posición que nuestro carácter no puede sostener.
Con razón la película “El Remanente” pasó sin pena ni gloria
en las redes sociales y “Dios no está muerto” fue del excesivo agrado de muchos
cristianos, hay una desmedida fascinación por la “fantasía cristiana”.
Me llama mucho la atención lo que los cristianos postean en
sus redes sociales; desde los versículos bíblicos más conocidos y amables, pero
eso sí, nunca los de confrontación, nunca los de compromiso, hasta mensajes que
caen en la categoría de cursis y anti bíblicos, que más bien parecen tomados de
una telenovela que de una realidad bíblica.
Pero, solo piense en el impacto que podríamos producir si
cada creyente en particular tuviera la actitud y la determinación de hacer que
el ejemplo de su vida diera más testimonio que sus publicaciones en Facebook o
como dice AW Tozer: “La vida de muchos cambiaría
drásticamente, si obedecieran a Dios como obedecen a sus doctores”.
C.S. Lewis decía: “La integridad es hacer lo correcto,
cuando nadie te esta mirando”. En otras palabras quien eres cuando nadie está
mirando es lo que eres.
Pero lo triste es que hoy en día vivimos un cristianismo que
considera un crimen no publicar en las redes sociales todo pensamiento que pasa
por su cabeza.
Pero lo que no es “fantasía” sino la cruda realidad, es que el
cielo y el infierno no están tan lejos el uno del otro, pero sí están cerca de
nosotros, todo depende de lo que hagamos con Jesús, y que las decisiones que
tomamos hoy, pueden darle rumbo a nuestra eternidad.
En lugar de saturar mis estados de Facebook con versículos
bíblicos o mensajes cristianos, más bien trato de esforzarme en vivir a la
altura de ellos, dejando a un lado la fantasía cristiana y vivir con los pies bien
puestos en la realidad.
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