miércoles, 28 de enero de 2015

UNA MEJOR VERSIÓN DE TI MISMO


Uno de mis lugares favoritos es una cafetería a la que constantemente frecuento, lo humorístico es que yo no bebo café. Me gusta estar ahí solo, a veces escuchando música de mi iPhone y otras leyendo un libro, en verdad lo disfruto.

Hay una mesa en específico, un lugar que se ha convertido para mi en un lugar en donde puedo disfrutar mi sagrada soledad. Estoy seguro que el encuentro con un amigo que tuve ahí, hizo de ese rincón de la cafetería, un lugar especial para mi.

-¡Qué alegría verte!, ¿gustas un café?
-Sí, claro, por supuesto
-Ven, sentémonos en esta mesa

Así de breve fue la invitación que le hice a un pastor al que admiro, y hace años me brindó su amistad. Después de ponernos al día, se me quedó mirando y me dijo: “Víctor, ¿cómo estás?”. Inmediatamente le di un reporte de mi trabajo, de mi salud, del equipo de futbol del cual soy fanático, ¡y hasta del clima!

Pero, me repitió la misma pregunta, esta vez de manera más pausada: “Víctor, ¿cómo estás? ¿cómo está tu relación con Dios?

Sabía que tenía dos opciones, una fingir que todo está bien, fingir una espiritualidad que no tengo y la otra era, ser transparente y honestamente decirle: “No, no estoy bien”.

Henrie Nouwen dijo: “La grandeza espiritual no tiene nada que ver con ser más grande que otros. Tiene que ver con ser tan grande como cada uno de nosotros puede serlo”.

No tenemos que fingir con Dios, a él le agrada más el quebranto genuino que la espiritualidad fingida, a veces nos cerramos, porque creemos que  “algo” nunca nos va a pasar y cuando nos sucede creemos que somos a los únicos a los que les pasa.

Esa noche, en ese café, aprendí algo, si no hay confrontación no se puede ayudar

La verdad, sí necesitaba la ayuda de mi amigo pastor, y entre lagrimas comencé a poner las cartas sobre la mesa.

Muchas personas no reconocen su resistencia al amor. Están rodeados de amor, pero no se dan cuenta que su soledad se debe a su insensibilidad.

Pascal en sus Pensamientos escribió algo muy interesante: “Aquellos que se complacen de la perversión dicen a aquellos que viven vidas normales que son ellos los que se desvían de lo que es natural. Ellos piensan que siguen una vida natural ellos mismos. Ellos parecen a la gente sobre un barco que piensa que son los que están en tierra los que se alejan. Pero necesitamos un punto fijo por el cual juzgar. Entonces el puerto es aquel punto fijo para aquellos que se mueven a bordo del barco. Pero en la moralidad, ¿dónde vamos a encontrar un puerto?”

Todos en algún momento de nuestra vida, como escribió Pascal, necesitamos un puerto, y tal como él podemos preguntarnos: “¿Dónde vamos a encontrar un puerto?”. Lo podemos encontrar en nuestros padres, pastores o amigos.

Como el hierro afila al hierro, necesitamos confrontación de otros para crecer. A nadie nos gusta que nos digan nuestras cosas. Pero a la larga puede ser beneficioso. Las amonestaciones de un amigo pueden causarnos dolor, pero también pueden ayudarnos.

Pero, no estoy hablando de la equivocada “confrontación” de algunos cristianos que lo único que hacen es aplastarte, condenarte y dejarte sin esperanza, con un gran peso de culpabilidad. Nadie tiene derecho a mandarte a la tumba si no tiene el amor para resucitarte.

Me refiero a no aislarnos y creer que no necesitamos a los demás o que somos los únicos que “algo” nos está pasando, y que ese “algo” es tan vergonzoso, poco espiritual, que pensamos: “¡Por Dios!, ¿dónde quedará mi reputación?”.  Y alejados nos hundamos más y más en lugar de pedir ayuda.

Cuando la Biblia dice que cosecharemos lo que sembramos, no está hablando de un castigo; nos está diciendo cómo son las cosas. Por favor escucha lo que tus padres, pastores, amigos han estado intentando decirte. Si más de una persona te ha dicho que tienes un problema en algo, es muy probable que tu tengas un problema.

Job expresó su enojo y su inconformidad con Dios y Dios recompensó su sinceridad. Aun en medio de todas sus discusiones Job no terminó su relación con Dios. No comprendía a Dios, pero permitió que Dios fuera quien era y no dejó de amarlo, de hablarle, de relacionarse con él, incluso cuando estaba muy enojado con él. Esto es un verdadera relación.

Se puede decir de Job que se equivocó en muchas cosas, pero nunca dejo la relación que más necesitaba, nunca abandono su relación con Dios a pesar de todo.

El problema es que hay muchos cristianos que cuando las cosas no están bien, lo primero que dejan es su relación con Dios; ya no quieren asistir más a la iglesia, a su parecer todos son unos hipócritas, pero les haría bien reflexionar por un momento que quizás a llegado el tiempo de crecer y madurar.

Esa noche, en el rincón de esa cafetería, tome la decisión de dejar a un lado un secreto de mi vida y pedir ayuda. Mi amigo pastor, me escuchó, lloró conmigo y me extendió su mano para seguir adelante, quizás es por eso que es tan especial ese rincón de la cafetería, fue como platicar con Jesús y muy esperanzador el saber que a pesar de mis errores, Dios trabaja todos los días para hacer una mejor versión de mí mismo, y que lo hace a través de otras personas.

Esta vida representa una especie de escuela para la próxima, una clase de preparación para el ser que debes ser. Esa persona que entrará en la eternidad.

Quizás tengas un café pendiente con tus padres, con un pastor o un amigo, no lo desaproveches, muy probablemente también te encuentres con Jesús y nosotros con una mejor versión de ti mismo.