miércoles, 26 de noviembre de 2014

TE EXTRAÑAMOS ELIUD... TE VEREMOS EN EL CIELO



En la segunda semana del mes de Noviembre de este 2014 que esta por concluir, fuimos golpeados por la noticia inesperada del fallecimiento del Sr. Eliud Santinelli.

Sea que la muerte sea repentina o prolongada, nada te puede preparar para la perdida de un ser querido.

No puedo presumir que lo conocía o que era mi amigo, aunque tuve la oportunidad de comer dos veces con él y su familia, más bien soy de las miles de personas que a través de su vida fue bendecido, enseñado y desafiado a experimentar una verdadera amistad con Dios.  

Soy alguien del anonimato que le admiró, que escuchó sus enseñanzas y que también en lo secreto… lloró su muerte.

Con su partida surgieron muchas dudas, incógnitas y preguntas sin contestar, y es que el dolor siempre saca lo bueno o lo malo que hay en nuestros corazones.

Me quiero referir a una pregunta, pero no tiene que ver con el fallecimiento del Sr. Santinelli. No puedo creer cómo hay cristianos que frente a una tristeza como esta, sacaron a relucir su morbo; como reporteros querían saber, ¿qué le paso? ¿De qué murió?, esa horrible actitud de:  “A ver, a ver, cuéntame, cuéntame todo”.

Me pregunto, ¿qué no era suficientemente doloroso saber que ya no está con nosotros? ¡Por Dios, estamos de duelo! Y lo menos que podemos hacer es honrar y respetar este dolor, basta de especular, preguntar, y hablemos claro, ¡basta de juzgar!

No creas la mitad de lo que escuchas y no repitas la mitad de lo que crees o supones, los chismes son algo que entra por un oído ¡y entra por el del otro!

A la pregunta que me quiero referir es: “¿Por qué?”, una pregunta difícil, que Dios mismo no está comprometido a responderla.

Pero, lo que sí podemos saber es que Dios puede identificarse con nuestras debilidades, como dice Philip Yancey: “Entre Él y nosotros se establece una “simpatía”, palabra de origen griego cuya etimología está en las palabras syn y pázos, y significa literalmente “sufrir con”.

Jurgen Moltanann dijo: “Dios sufre con nosotros para que un día podamos reír con él”.

Debemos aprender a vivir de manera eficaz en un mundo incierto y confuso, donde casi nunca se pueden contestar de forma adecuada las preguntas “¿Por qué?”.

Estamos buscando a tientas el amor de Dios en un mundo cercado por la angustia. Si Dios eliminara todas las enfermedades que nos atormentan hoy, y todas las cosas que nos causan dolor, no tendríamos necesariamente un mundo mejor, lo que tendríamos sería a las mismas personas viviendo en un mundo más cómodo, y la ausencia del dolor puede que hiciera más fácil el pecar y alejarnos de Dios.

A nadie nos gusta el dolor, Jesús mismo reaccionó ante el dolor de la vida de una manera muy parecida como lo haces tú o como lo hago yo.

Cuando murió su amigo Lázaro, dice claramente la Biblia que “Jesús lloró”, cuando estaba a punto de enfrentarse al tormento de la cruz, en la agonía del Getsemaní sintió repulsión por el dolor y preguntó tres veces al Padre Celestial si podía pasar esa copa.

Nos duele, estamos de luto, lloramos la perdida de un hombre de Dios como Eliud Santinelli. Rápidamente en la red social popular comenzaron a circular las muestras de cariño y dolor, muchos añadieron a su publicación una foto que se habían tomado a su lado.

Era muy conmovedor ver muchas muestras de amor, de tantas personas; adolescentes, jóvenes y adultos, todos mostraban su amor y dolor.

Pero, la pregunta que no puedo dejar de hacerme es, ¿así aman también a su propios pastores? ¿así les tienen en buena estima y honra? Sobra el amor en Facebook, pero falta en las congregaciones.

Es triste ver que somos una sociedad que solo demuestra su amor a los muertos, a los que ya no están con nosotros, y déjeme decirle que eso es fácil, lo difícil es mantener una actitud de honra, respeto y amor por nuestros líderes todos los días de su vida mientras les tenemos.

¿Por qué no publicamos fotos con nuestros pastores que viven y desbordamos con mensajes de amor, aprecio y admiración? ¿Por qué dejamos pasar el tiempo y en lugar de eso demostramos nuestro amor cuando ya es demasiado tarde?

Estuve investigando en internet algunas estadísticas relacionadas con los pastores, (aquellos que dedican toda su vida para servir y ayudar a la gente) y algunas de ellas son alarmantes, según Jim Fuller, un estudioso de las cuestiones relacionadas con el ministerio pastoral publicó en su página web una serie de datos relativos a la vida de los pastores, algunas de las estadísticas son: 70% de los pastores no tienen a alguien que ellos consideren un amigo cercano, 45.5% de los pastores dicen que están deprimidos o tienen un “desgaste” y, si pudieran, tomarían un buen descanso médico por algún tiempo.

Estoy convencido, que esta trágica noticia que ha cimbrado a todo México, debe despertarnos para tomar la decisión de cuidar a nuestros pastores.

Muchos de los pastores han sido traicionados, falsamente acusados o heridos por sus colaboradores más cercanos; luchan con la depresión, viven desanimados, sus familias son azotadas por las presiones ministeriales, trabajan de 55 a 75 horas por semana y su principal causa de muerte son los infartos, etc.

¡Ama a tu pastor! ¡Ora por tu pastor! Sino lo haces tu ¿quién lo hará?, si no lo hacemos, en lugar de que sean pastores en Cristo, serán pastores en crisis.

F.B. Meyer dijo: “La mayor tragedia de la vida no es la oración no contestada, sino la oración que no se ofrece”.

Jesús describió el cielo como un hogar donde un Padre amoroso da la bienvenida a sus hijos al final de su peregrinación.

Hoy, en nuestro dolor por la perdida de nuestro amado Eliud Santinelli, nuestros corazones experimentan una forma de nostalgia por el hogar, por un hogar que nunca hemos visitado, pero que nunca hemos dejado de añorar.

Te extrañamos Eliud…
Sí, si duele tu ausencia, y duele mucho…
te veremos en el cielo.




martes, 11 de noviembre de 2014

PELÍCULAS Y CRISTIANOS DE FANTASÍA


Hace poco fui a ver el estreno de la película cristiana, “El Remanente”, de la cual muchos cristianos a comparación de la cinta “Dios no está muerto”, que se exhibió hace algunos meses atrás , no hicieron algún comentario en sus redes sociales, ¿por qué? ¿Por qué con una película alardearon tanto y con la de “El Remanente” prácticamente la ignoraron?

La película “Dios no está muerto” fue todo un suceso en las redes, el hasthtag o etiqueta con el mismo nombre de la película era el pan de cada día en la web.

Muchos cristianos la recomendaban a través de sus redes sociales con una euforia que no había visto antes en alguna “película cristiana”, algunos tuiteaban y publicaban fotos escribiendo en sus estados de Facebook frases como: “Listos ya en el cine para ver Dios no está muerto” y hasta daban santo y seña de la dirección del cine.

Creo entender un poco la razón, porque aunque las dos películas son cristianas me parece que hay un mundo de diferencia entre una y otra.

En “Dios no está muerto” nos presenta la historia de un estudiante de recién ingreso a la universidad, que puede no solo contender sino derrotar a su profesor universitario en un debate, ¡por favor!, algo que obviamente solo sucede en las películas, pero no en la vida real.

Si la película tenía como propósito compartir de Cristo a otros de manera convincente, francamente no lo logró, tal parece que lo que los cristianos lo que quieren ver en la pantalla grande son sus “fantasías cristianas”.

¿No era más lógico y real que la película tratara sobre la lucha interna de un cristiano que conoce ateos más inteligentes y más éticos que él mismo? ¿Por qué el joven estudiante es el héroe y el profesor es el villano? ¿Por el simple hecho de que uno es cristiano y el otro no?

Blaise Pascal, matemático, físico, filósofo cristiano y escritor francés, en sus “Pensamientos” dice: “Las personas llegan casi invariablemente a sus creencias no sobre la base de la prueba, sino sobre la base de lo que encuentran atractivo”.

Hay mucha “fantasía” en la mayoría de las películas cristianas, un placer que muchos cristianos encuentran sumamente atractivo, y luego nos preguntamos por qué la sociedad cree que hacerse cristiano significa cometer suicidio intelectual.

Pero en la película “El Remanente” sucedió algo muy diferente, para empezar se evidenció la ignorancia bíblica de bastantes cristianos, muchos no pudieron separar la ficción de la verdad bíblica en la película.

Donald Carson dice: “El aumento del analfabetismo bíblico dentro de las iglesias es el síntoma más inquietante y amenazador entre nosotros".

Lo que me gustó de la película es que deja a un lado las “fantasías cristianas”, y los finales de cuento en las que todo se revuelve sencillamente “aceptando a Cristo” en tu corazón.

“El Remanente” habla de forma clara sobre la realidad de qué la manera como vivimos puede definir donde pasaremos la eternidad y es que el cristianismo bíblico es mucho más qué simplemente tomar una decisión por Jesús, para que podamos vivir una vida feliz.

La película presenta las consecuencias trágicas del cristianismo entretenido que es muy atractivo a muchos; un cristianismo sin compromiso, algo más parecido a un ateísmo cristiano, donde la gente cree en Dios pero vive como si no existiera, en donde el ídolo secreto es la comodidad y el bienestar físico.

Blaise Pascal en sus “Pensamientos” dice: “Queremos conducir una vida imaginaria en los ojos de otros, y entonces tratamos constantemente de causar impresiones”.

Tratamos de actuar imitando aquello que se espera que seamos, pero siempre resulta peligroso cuando nuestros dones o carisma nos colocan en una posición que nuestro carácter no puede sostener.

Con razón la película “El Remanente” pasó sin pena ni gloria en las redes sociales y “Dios no está muerto” fue del excesivo agrado de muchos cristianos, hay una desmedida fascinación por la “fantasía cristiana”.

Me llama mucho la atención lo que los cristianos postean en sus redes sociales; desde los versículos bíblicos más conocidos y amables, pero eso sí, nunca los de confrontación, nunca los de compromiso, hasta mensajes que caen en la categoría de cursis y anti bíblicos, que más bien parecen tomados de una telenovela que de una realidad bíblica.

Pero, solo piense en el impacto que podríamos producir si cada creyente en particular tuviera la actitud y la determinación de hacer que el ejemplo de su vida diera más testimonio que sus publicaciones en Facebook o como dice AW Tozer: “La vida de muchos cambiaría drásticamente, si obedecieran a Dios como obedecen a sus doctores”.

C.S. Lewis decía: “La integridad es hacer lo correcto, cuando nadie te esta mirando”. En otras palabras quien eres cuando nadie está mirando es lo que eres.

Pero lo triste es que hoy en día vivimos un cristianismo que considera un crimen no publicar en las redes sociales todo pensamiento que pasa por su cabeza.

Pero lo que no es “fantasía” sino la cruda realidad, es que el cielo y el infierno no están tan lejos el uno del otro, pero sí están cerca de nosotros, todo depende de lo que hagamos con Jesús, y que las decisiones que tomamos hoy, pueden darle rumbo a nuestra eternidad.


En lugar de saturar mis estados de Facebook con versículos bíblicos o mensajes cristianos, más bien trato de esforzarme en vivir a la altura de ellos, dejando a un lado la fantasía cristiana y vivir con los pies bien puestos en la realidad.